Un programa para cambiar el guion de Euskadi

El PSE-EE se presenta a las próximas elecciones autonómicas de 2024 con un proyecto transformador, que mira a la Euskadi de hoy, pero sobre todo a la que queremos ser en los próximos años.

En las elecciones generales del 23 de julio, el PSE-EE fue la primera fuerza en Euskadi, porque la ciudadanía vasca supo valorar el esfuerzo de las y los Socialistas en dar respuesta a la crisis a través de un sólido escudo social (subida del SMI, revalorización de las pensiones, ERTEs, excepción ibérica para el tope del gas…), a la vez que se avanzaban en las grandes transformaciones que exigía el nuevo tiempo (reto climático, reto energético, modernización de nuestra industria a través de créditos ICO y PERTEs, como el de automoción, o el aeroespacial, de tanto impacto en Euskadi).

Y ahora, en las autonómicas para las que presentamos este programa, las y los Socialistas salimos con la aspiración de revalidar esta victoria, con el aval que nos da nuestra gestión en todas las instituciones que afectan al día a día de los vascos y vascas (desde el ayuntamiento más pequeño hasta la Unión Europea) y la certeza de que somos los únicos que contamos con un proyecto transformador del país, pegado al suelo y garante de su pluralidad.

Las y los Socialistas Vascos hemos sido a lo largo de estos años garantía de estabilidad y de convivencia en Euskadi. Y ha sido algo fundamental, porque en unos años de grandes convulsiones, hemos conseguido tener unas instituciones vascas fuertes, sustentadas en amplias mayorías, y centradas en resolver lo importante. Ahora queremos ser garantía de cambio. Y en eso se centra este programa electoral.

En cambiar el guion en Euskadi.

En las elecciones generales del 23 de julio, el PSE-EE fue la primera fuerza en Euskadi, porque la ciudadanía vasca supo valorar el esfuerzo de las y los Socialistas en dar respuesta a la crisis a través de un sólido escudo social (subida del SMI, revalorización de las pensiones, ERTEs, excepción ibérica para el tope del gas…), a la vez que se avanzaban en las grandes transformaciones que exigía el nuevo tiempo (reto climático, reto energético, modernización de nuestra industria a través de créditos ICO y PERTEs, como el de automoción, o el aeroespacial, de tanto impacto en Euskadi).

Y ahora, en las autonómicas para las que presentamos este programa, las y los Socialistas salimos con la aspiración de revalidar esta victoria, con el aval que nos da nuestra gestión en todas las instituciones que afectan al día a día de los vascos y vascas (desde el ayuntamiento más pequeño hasta la Unión Europea) y la certeza de que somos los únicos que contamos con un proyecto transformador del país, pegado al suelo y garante de su pluralidad.

Las y los Socialistas Vascos hemos sido a lo largo de estos años garantía de estabilidad y de convivencia en Euskadi. Y ha sido algo fundamental, porque en unos años de grandes convulsiones, hemos conseguido tener unas instituciones vascas fuertes, sustentadas en amplias mayorías, y centradas en resolver lo importante. Ahora queremos ser garantía de cambio. Y en eso se centra este programa electoral.

En cambiar el guion en Euskadi.

#Cambiaelguion

La pandemia de la COVID-19 nos ha afectado en todos nuestros ámbitos y ha impactado completamente en el ámbito sanitario, dado que la configuración ordinaria de todos nuestros sistemas sanitarios no estaba ni pensada, ni estructurada para que su objetivo principal fuera hacer frente a una pandemia.

Desde el PSE-EE siempre hemos defendido que, de la misma manera que no era posible pretender que una pandemia de las características que hemos vivido, no tuviera un impacto en la normalidad asistencial de nuestros sistemas de Salud en los momentos de mayor incidencia, no resulta razonable que esa normalidad asistencial no se recupere completamente cuando la incidencia de la pandemia casi ha desaparecido y que se sigan prorrogando excepcionalidades asistenciales que pudieron tener una razón de ser en otros momentos, para garantizar la seguridad de pacientes y profesionales, pero que ahora sólo perjudican los estándares de calidad sanitaria a los que nuestra sociedad está acostumbrada y tiene derecho.

Por eso, defendemos que el objetivo más inmediato de esta próxima legislatura, en materia sanitaria, debe ser la recuperación absoluta de la normalidad asistencial prepandémica, pero que es necesario ir más allá.

Queremos hacer de los Servicios Sociales un eje central de nuestras políticas; y para llevarlo a efecto nos proponemos alumbrar definitivamente Gizakidetza como organización que integre verticalmente los servicios sociales entendidos como aquellos que proporcionan a toda la población la oportunidad de dar y recibir cuidados en comunidad y que se integre horizontalmente con los servicios de salud y las políticas de vivienda y urbanismo, con un enfoque participativo y comunitario que permita a estas políticas públicas salir de la lógica individualista, consumista e insostenible en la que se encuentran.

De esta manera vamos a hacer posibles los retos que este sistema sigue reclamando:

  • Construir unos servicios sociales universales, de responsabilidad pública, de derecho y para todas las personas.
  • Consolidar un sistema fuerte, que sea referente para toda la ciudadanía, que cuente con un sólido liderazgo público.
  • Desarrollar un modelo de servicios sociales moderno, normalizador, que reconozca la dignidad y los derechos de las personas, así como su capacidad de autonomía.
  • El sistema ha de estar cohesionado y debe ser capaz de ofertar prestaciones y servicios equitativos, donde la igualdad de trato se concilie con la capacidad de las personas de elegir y optar por la tipología, formato y contexto de los cuidados que se precisen.
  • Fortalecer los puentes entre el sistema sanitario y social, capaces de propiciar respuestas integrales a enfermedades, discapacidades y a las necesidades sociales asociadas.
  • Coordinar los servicios sociales con las políticas de vivienda y urbanismo, con un enfoque participativo y comunitario que ponga el foco en la construcción de vínculos y redes que afiancen la resiliencia de las personas.

Ha llegado el momento de apostar decididamente por desarrollar una política familiar de suficiente articulación y alcance en Euskadi, que permita que las ciudadanas y los ciudadanos que decidan libremente constituir una familia, no se vean obligados a abandonar este proyecto por razones laborales o económicas.

Los logros alcanzados en materia de garantía de ingresos e inclusión en la legislatura 2020- 2024 han sido notables. La Ley 14/2022, del Sistema Vasco de Garantía de Ingresos y para la Inclusión ha supuesto un cambio de paradigma.

El Sistema Vasco de Garantía de Ingresos garantiza hoy una protección para cubrir las necesidades básicas a través la RGI o el IMV. Pero no queremos tener el mejor modelo de protección, sino el mejor modelo de inclusión. Queremos ser capaces de ofrecer oportunidades para que todas las personas tengan opciones de mejorar sus condiciones de vida y de acceder a un empleo digno que les permita llevar adelante su proyecto de vida.

Lanbide se constituye como servicio público garante de los derechos al empleo, a la garantía de ingresos y a la inclusión sociolaboral. De cara al futuro, las y los Socialistas Vascos, vamos a seguir trabajando en esta línea, desde diferentes vertientes.

Las políticas transformadoras del PSE-EE al frente del Departamento de Trabajo y Empleo (Ley Sistema Vaco de Garantía de Ingresos, Ley de Empleo, reforma de Lanbide…) han sido un éxito traducido en una tasa de desempleo del 7% y la superación del millón de cotizantes de la Seguridad Social.

Ahora, toca profundizar en esa línea con la culminación del proceso de transformación de Lanbide (extensión a todas las oficinas del nuevo modelo de intervención y atención), la extensión generalizada de las políticas activas de empleo (más oportunidades para jóvenes, para mujeres, para mayores de 50 años y para personas con especiales dificultades)

Nuestro objetivo es que en la próxima legislatura se logre el objetivo del pleno empleo, y que en 2028 la tasa de paro sea inferior al 5%.

Teniendo en cuenta la limitada capacidad de relevo generacional como consecuencia del invierno demográfico (de aquí a 2030, medio millón de personas van a salir del mercado laboral vasco por jubilación), el objetivo requerirá la incorporación plena al mercado laboral de todas las personas sin distinción de sexo, origen social o edad, elevando las tasas de actividad a niveles homologables a los índices medios de la Unión Europea.

La educación vasca necesita con urgencia un proyecto de modernización y adecuación a las exigencias de una Euskadi a la altura de este siglo XXI.

  • Los resultados (Instituto Vasco de Evaluación e Investigación, PISA, PIRLS, TIMSS…), muestran un progresivo y permanente empeoramiento.
  • Asimismo, diversos estudios indican que Euskadi es una de las comunidades con mayor segregación escolar por nivel socioeconómico.


Junto a la necesaria respuesta a estos problemas, es preciso tener presente también la exigencia de modernización y adaptación a un tiempo nuevo en la sociedad vasca. En esta última legislatura, hemos trabajado para que en el Parlamento Vasco aprobásemos una nueva Ley de Educación para tratar de enfrentar esta situación. Pero seríamos ilusos si creyésemos que con aprobar una ley es suficiente. La revisión, evaluación y actualización de algunas de las características básicas que organizan el sistema educativo vasco es ya inaplazable.

Por otro lado, la educación vasca ha llegado a una situación en la que los modelos lingüísticos, en general, no responden a los planteamientos iniciales y, además, muestran déficits en sus resultados.

El proyecto cultural de las y los Socialistas Vascos pivota sobre tres ejes principales que pretenden reforzar los diferentes vínculos entre cultura y democracia:

  • La democratización de la cultura, es decir, el derecho que tiene la ciudadanía a un acceso libre y universal a la cultura.
  • La democracia cultural, entendiendo la cultura como máximo exponente de la libertad de expresión y, por ello, la necesidad de garantizar el derecho que todo ciudadano y ciudadana que así lo desee tiene a encontrar los cauces necesarios para expresarse libremente a través de la producción cultural.
  • Y la cultura democrática, es decir, el refuerzo de los lazos que existen entre nuestro patrimonio cultural, pasado, presente y futuro, y la construcción de ciudadanía.


No hay cultura sin diversidad. No hay ciudadanía sin diversidad. No hay democracia sin ciudadanía. Pretender equipara la cultura vasca con la cultura en euskera es un error de ceguera monumental. Ni toda la cultura vasca es en euskera, ni toda la cultura en euskera tiene por qué ser vasca. Una sociedad que construya su identidad en la diversidad, en la multiculturalidad, no puede permitirse estrechar el cerco de lo que considera su propia cultura.

La cultura vasca es la cultura que hacemos los vascos y las vascas de la Euskadi del siglo XXI.

El acceso a la vivienda es uno de los principales desafíos a los que las administraciones públicas se enfrentan en la actualidad, básicamente porque se trata de un derecho fundamental para el desarrollo de un proyecto de vida digno en el devenir de cualquier persona.

En Euskadi dimos un salto cualitativo en 2015 con la aprobación a iniciativa de las y los Socialistas de nuestra Ley de Vivienda, una norma que establece su función social. Somos la primera, y una de las dos comunidades, junto con Navarra, que reconoce el derecho subjetivo de los ciudadanos a una vivienda digna si carecen de los recursos económicos precisos para conseguir una.

En Euskadi nuestro mayor problema reside en la escasez de oferta de vivienda en alquiler, de ahí que la mayor parte de nuestro esfuerzo se destine a la promoción de nueva edificación (el 29% de las calificaciones de vivienda protegida de alquiler de toda España corresponden a Euskadi), y a la captación de vivienda vacía con programas de gestión pública como Bizigune.

La vivienda ha de constituirse de forma estructural como un pilar más del llamado Estado del Bienestar, y es necesario mantener a lo largo del tiempo niveles de inversión estables y consistentes.

Una comunidad pequeña como la nuestra ha pasado a ser, en estos años de gestión socia- lista, la segunda comunidad autónoma que más vivienda protegida produce a pesar de nuestro reducido tamaño, y la primera que más vivienda protegida en alquiler edifica en función del número de habitantes.

Se estima que el transporte genera un tercio de las emisiones de CO2. En Euskadi, el sistema de transporte público ha permitido dotarnos de una oferta de alta calidad. Las y los Socialistas Vascos queremos ahora que la movilidad en Euskadi esté alineada con la transición energética y la transición digital.

Las ayudas al transporte público han producido, además, un incremento de personas usuarias y han ayudado a hacer pedagogía a favor del transporte colectivo público. Nuestro propósito es seguir trabajando con el objetivo de fidelizar a la ciudadanía de Euskadi en el uso del transporte público y de disponer de un sistema de movilidad sostenible y eficiente que vertebre todo el territorio.

Las y los Socialistas Vascos queremos que la distribución modal alcance mayores cotas de eficiencia e interconexión. Queremos que el eje vertebrador sean los medios de transportes públicos. Por ello, apostamos por impulsar medidas que favorezcan una distribución modal más eficiente, donde el eje vertebrador sea el tren y el tranvía, con el pie y bicicleta eléctrica como modos prioritarios para la última milla.

Desde el PSE-EE vamos a seguir impulsando con pasos firmes las medidas necesarias para lograr una integración tarifaria, un uso intensivo del transporte público, la intermodalidad y transbordos gratuitos a fin de conseguir un sistema de transporte más sostenible.

Hemos sido las y los Socialistas, con las declaraciones de emergencia climática en España y Euskadi los que hemos puesto en la primera línea de la agenda política de este país y en Euskadi la lucha contra el cambio climático y la transición ecológica justa.

Estamos ante una oportunidad histórica para acelerar la transformación ecológica de nuestra economía hacia un modelo más sostenible, más eficiente en el uso de los recursos y más resiliente. Tiene que ser una recuperación verde y azul, inclusiva y de mirada larga.

Las y los Socialistas Vascos apostamos por una transición ecológica justa y solidaria hacia un nuevo modelo, en el que, a diferencia de otros, ya venimos trabajando junto a las industrias para asegurar una economía moderna, competitiva y climáticamente neutra en 2050.

Debemos acompañar a nuestros sectores a la hora de identificar las oportunidades que ofrece esa transición en materia económica y de generación de empleo, y que asegura a Euskadi la competitividad del futuro.

Debemos, junto a nuestra industria, trazar la hoja de ruta que permitirá un consumo final de energía plenamente renovable a mediados de siglo, y que no solo lleva asociado el aumento de competitividad de la economía, sino que, sobre todo, generará efectos positivos en salud, biodiversidad y adaptación al cambio climático y avanzar en un cambio de modelo hacia una economía libre de emisiones.

Esta hoja de ruta también establecerá cuales son las señales de inversión y el despliegue tecnológico que serán necesarios en los próximos años para cumplir dichos objetivos, y en la que las y los Socialistas estamos comprometidos junto a los centros tecnológicos y en una apuesta clara por el valor humano del I+D+I de Euskadi. El despliegue de estas tecnologías permitirá a Euskadi aumentar nuestra autosuficiencia energética (nuestra dependencia actual es del 92 %).

Hablamos de un modelo que promueva la protección del medio ambiente, la transformación del sistema productivo, y al mismo tiempo, el progreso, el bienestar, la inclusión social y la igualdad de género.

La transición ecológica de la economía es una oportunidad para Euskadi por su gran potencial para generar empleo, a la vez que descarbonizamos nuestro territorio y modernizamos nuestro tejido productivo.

La economía vasca ha resistido los embates de estos últimos años Y es algo de lo que sentirnos orgullosos. Pero, junto a ello, debemos también reconocer que no ocupamos las posiciones de liderazgo de antaño.

  • Pese a nuestro PIB (por encima de la media europea) estamos por debajo en gasto en investigación y desarrollo. Y quiero recordar que fue con el Gobierno del Lehendakari Patxi López, cuando, por primera vez en nuestra historia, Euskadi dedicó más del 2% de su PIB al I+D+i, por encima de la UE, cosa que no ha vuelto a ocurrir hasta 2020.
  • Comunidades autónomas de referencia (como Madrid, Cataluña o Navarra) nos superan en atracción y retención del talento.
  • Tenemos una creciente dificultad para encontrar los perfiles profesionales que se necesitan.


Euskadi no puede caer en la autocomplacencia. Tenemos fortalezas, pero también el riesgo de caer por la senda de la irrelevancia, sino aprovechamos las oportunidades. La industria vasca tiene problemas “estructurales”, que en épocas de crisis se ven agudizados:

  • Sucesión empresarial: estadísticamente el 70% de las empresas familiares no llegan a la tercera generación y la empresa familiar es la columna vertebral de la economía vasca.
  • Tamaño: El tamaño de las compañías vascas es una gran debilidad de la economía. La empresa vasca necesita crecer y globalizarse. Y para eso se necesita un ecosistema que permita la obtención de recursos financieros para ese proyecto y apoyo social e institucional.
  • Pérdida de centros de decisión: todo lo anterior, sucesión, tamaño, incorporación de socios financieros, hacen que la perdida de centros de decisión en el País Vasco sea una tendencia de muy difícil de revertir. Euskadi tiene empresas, cuya hipotética pérdida de centralidad por nuestra comunidad, sólo puede afrontarse desde una cooperación de las administraciones central y vasca, por razones de suficiencia financiera.

Euskadi ha sabido reinventarse muchas veces en el pasado. Y podemos volver hacerlo. Pero para ello, hace falta una orientación clara y una evaluación correcta de las políticas industrial. Necesitamos una verdadera política industrial en Euskadi. Necesitamos una verdadera política industrial en Euskadi.

En los 80 y los 90 tuvimos esa idea clara. En el año 2009, de la mano de Bernabé Unda, tuvimos esa visión, con un Plan Resiste, el programa de avales y una decidida apuesta por el I+D+i y la internacionalización, o proyectos tractores de base tecnológica, como pudo ser el del vehículo eléctrico.

El turismo es un sector en auge que vive en la última década un crecimiento basado en la diversidad y riqueza de recursos naturales, culturales y gastronómicos y que ha desarrollado un modelo de turismo sostenible. Son 107.000 las familias las que dependen directamente del turismo, lo que supone el 11% del empleo de Euskadi.

Euskadi ha sido la comunidad líder en la recuperación turística tras la pandemia, con un compromiso firme por la sostenibilidad turística en sus tres vertientes medioambiental, sociocultural y económica. El modelo de turismo sostenible de Euskadi está dando resultados positivos y en esa línea queremos seguir.

El crecimiento sostenible solo es posible con una estrategia basada en la responsabilidad, la coordinación interinstitucional, la adecuación normativa a la nueva realidad y una visión a largo plazo que permita al turismo ser un motor de desarrollo económico que contribuya al bienestar de la ciudadanía.

Para las y los Socialistas Vascos el bienestar y la seguridad de la ciudadanía es una prioridad indiscutible. Para ello, debemos garantizar la seguridad, la libertad y el orden para todos y todas y en todo momento y que nuestras calles sean espacios seguros para la convivencia.

Por ello, tenemos que hacer frente de manera decidida, firme y sin dilaciones a los retos de Seguridad tanto internos como globales que en estos momentos se nos presentan: cibercriminalidad, incremento de la criminalidad organizada y de los delitos de odio, radicalización de la violencia y desórdenes de orden público bajo la excusa de actos deportivos, violencia de género, cambio climático, etc.

Para lograrlo es preciso contar con:

  • Profesionales de gran solvencia en nuestra Policía y en los Servicios de Protección Civil y Emergencias,
  • que dispongan de los mejores y más modernos equipamientos al servicio de la Seguridad de toda la ciudadanía,
  • con sistemas, procedimientos y medios eficientes y de calidad, que reduzcan lo máximo posible los riesgos personales y mejore la efectividad de las acciones policiales y de emergencias.

El Gobierno de Patxi López fue pionero en la apuesta por una administración transparente, participativa y colaborativa, con iniciativas rompedoras en su momento como fueron Irekia, Open Data, el Perfil del Contratante o el Perfil de Empresas adjudicatarias con la Administración.

Pero han pasado más de diez años y Euskadi ha dejado de ser referencia en este campo.

Somos, junto a Ceuta y Melilla, la única comunidad sin Ley de Transparencia. Llevamos arrastrando desde hace tres legislaturas el intento de aprobar una Ley de Transparencia, que ya se ha quedado vieja desde su primer borrador, por los avances tecnológicos ocurridos estos años.

A su vez, la inteligencia artificial ha irrumpido como un terremoto en numerosos ámbitos, que de momento sólo somos capaces de atisbar. Euskadi no puede quedarse rezagada y debe coger impulso para ser un verdadero territorio inteligente con organismos, administraciones (tanto regionales como locales), empresas y gente inteligente.

Y esto pasa por:

  • No ser meros espectadores de lo que hagan la UE u otras instancias, sino contribuir, desde nuestras competencias, a su regulación.
  • Impulsar el desarrollo de una región inteligente, promoviendo la implementación de tecnologías innovadoras y la digitalización en organismos, administraciones, empresas y entre la ciudadanía.

En un contexto de predominio del inglés en el entorno digital, cada vez más presente en nuestras vidas, es preciso plantearse el futuro de nuestras lenguas en un mundo cada vez más globalizado. Las y los Socialistas Vascos nos comprometemos a seguir impulsando las políticas necesarias para que el euskera siga ganando terreno tanto en nuestra sociedad como en el complejo y cambiante mundo digital. Nos enfrentamos a nuevos retos. Ya no solo tenemos que lograr conseguir que cada vez sea mayor el número de personas que utilizan a diario nuestra lengua.

Es preciso prestigiar el euskera. Es importante que la aproximación al mismo, su aprendizaje y su uso no sean concebidos como una imposición. Pero también es necesario alejar a nuestra lengua del debate político. La experiencia nos ha demostrado que solo los amplios acuerdos, como los logrados en 1982 con la Ley 10/1982 Básica de Normalización del Euskera, pueden crear una sólida base que pueda ser aceptada y concebida como propia por una gran parte de la sociedad. Han pasado más de cuarenta años, por lo que las y los Socialistas impulsaremos un nuevo acuerdo, lo más amplio posible, para definir los pasos que tiene que dar la ciudadanía para construir, entre todos, un futuro prometedor para nuestra lengua.

La consecución de la igualdad real entre mujeres y hombres es un principio irrenunciable para el PSE-EE, que atraviesa toda la acción política de nuestro proyecto de Gobierno. La agenda feminista es nuestra hoja de ruta, situando la igualdad real entre mujeres y hombres como un elemento prioritario.

Hace ya seis años de aquel simbólico 8 de marzo de 2018 en el que se abarrotaron las calles de Euskadi, y la fuerza de la reivindicación por la igualdad de mujeres y hombres no ha perdido fuerza, porque es una cuestión de justicia, de dignidad y los partidos políticos tenemos la obligación de trabajar para hacerlo realidad.

Reiteramos la urgente necesidad de intensificar la lucha contra de la violencia machista. También, el compromiso con la abolición de la prostitución.

Euskadi no puede seguir conviviendo con brechas y realidades de desigualdad que colocan a las mujeres en inferioridad de condiciones, minando las oportunidades de vida de nuestras niñas y situando a muchas mujeres en contextos de vulnerabilidad.

El PSE-EE siempre ha estado comprometido con el avance de los derechos humanos y con la defensa y el respeto a la diversidad sexual de todas las personas. Para el Socialismo Vasco el derecho de cada persona a desarrollar su afectividad en plenitud y libertad es una de las bases de una sociedad sin discriminaciones y con una convivencia sana.

Avances como el matrimonio igualitario, la reciente Ley contra la discriminación, conocida como “Ley Zerolo”, o la denominada Ley Trans, han sido avances de carácter nacional de la mano del PSOE y de fuerzas progresistas con un PP y una extrema derecha siempre a la contra. En Euskadi, se han ido aplicando estas normas y el PSE-EE ha dado pasos, pero no ha sido capaz de impulsar normas propias que nos permitan avanzar en proteger nuevos derechos, en generar nuevos espacios de libertad o en impulsar una sociedad realmente igualitaria en esta materia.

Hoy, es el día, que en pleno año 2024, aun Euskadi no dispone de una Ley Integral LGTBI+, siendo de los pocos lugares de Europa que no regula los derechos a la libertad y a la diversidad sexual de la ciudadanía de su territorio. Es decir, de la extensión amplia de los derechos humanos.

Las y los Socialistas Vascos defendemos el desarrollo pleno del Estatuto de Gernika, culminando el traspaso de las competencias pendientes, pero, sobre todo, exprimiendo al máximo las potencialidades de lo que ya tenemos y que nos convierten en una de las regiones europeas con mayores niveles de autogobierno y responsables de administrar 96 de cada 100 euros que recaudan las Haciendas Forales.

Hasta ahora, los mayores avances del desarrollo estatutario se han producido cuando las y los Socialistas gobernábamos España y Euskadi. En esta legislatura, se ha producido de nuevo un paso adelante, con catorce nuevas transferencias incluida una de nuevo cuño, como es el Ingreso Mínimo Vital.

Contamos ahora con el compromiso renovado de Pedro Sánchez de completar las previsiones estatutarias y las y los Socialistas Vascos defendemos que ese avance en nuestro autogobierno permita utilizar las nuevas competencias al servicio de la ciudadanía. A diferencia del nacionalismo, que reclama más competencias y luego no sabe qué hacer con ellas, el PSE-EE entiende que toda la política, también la del autogobierno, tiene sentido cuando es útil a la ciudadanía.

En este contexto, las y los Socialistas Vascos contamos ya con un modelo definido para que esos traspasos tengan una incidencia directa en la ciudadanía y una propuesta detallada para concretar los traspasos pendientes en materia de trabajo y empleo, en inmigración o la gestión del régimen económico de la Seguridad Social.

Trece años después del final de la actividad terrorista de ETA, la sociedad vasca continúa avanzando en convivencia y toma de conciencia sobre los efectos devastadores de esa prolongada etapa de violencia.

El nivel de rechazo social a cualquier recurso violento es generalizado. La tarea educativa, cultural y política de hacer y preservar la memoria crítica de todo lo ocurrido continúa, por tanto, siendo esencial para avanzar en esa deslegitimación ética, social y política que evite lecturas idealizadas o edulcoradas de las prácticas de odio que representó el terrorismo.

Junto a ello, La aprobación por parte del Parlamento Vasco de la primera Ley de Memoria Histórica y Democrática ha representado un importante paso en las políticas públicas que en esta materia deben desarrollar los poderes públicos en Euskadi.

El amplio consenso político con el que nació dicha norma nos hace pensar que en el futuro Euskadi será capaz de desplegar iniciativas que doten de contenido a la Ley de manera que se acentúe el carácter integrador, inclusivo y veraz de las narrativas memorialistas que se promuevan desde Gogora, principal instrumento público de las instituciones vascas para su difusión.